La situación actual de Vicentin es que se encuentra en concurso de acreedores desde 2020 y ha enfrentado diversos desafíos legales, incluyendo acusaciones de estafa al Estado y disputas fiscales con la AFIP. 

La empresa ha intentado homologar su acuerdo con los acreedores, pero la Justicia ha presentado obstáculos, incluyendo la anulación del acuerdo y la implementación de un proceso de cramdown. 

Durante los meses anteriores el panorama era más que incierto ante la imposibilidad de abonar los sueldos anunciado por parte de la empresa, la incertidumbre de los trabajadores y la falta de nuevos contratos de procesamiento a fasón, especialmente para reactivar la planta de San Lorenzo, la más importante del grupo.