El trágico deceso ocurrió en el hospital de Niños Víctor J. Vilela, que en este 2020 ya atendió a 18 niños heridos de arma de fuego en distintos episodios violentos de la ciudad. Hace menos de un mes, una balacera contra el frente de una vivienda hirió de gravedad a un nene de 2 años
La bala que el sábado a la tarde hirió en la cabeza a un bebé de 8 meses dentro de su casa de zona oeste terminó con su vida a las diez de la noche de ese mismo día. El ataque en manos de dos jóvenes en moto estaba dirigido a un vecino de 28 años. Los plomos hirieron al muchacho en las piernas cuando se encontraba en la vereda de Larralde y Rivarola, de barrio Godoy, pero uno de los proyectiles fue más lejos, se metió en la vivienda de Lian Ángel Corvalán quien estaba en brazos de su mamá y le perforó el cráneo. El trágico deceso ocurrió en el hospital de Niños Víctor J. Vilela, que en este 2020 ya atendió a 18 niños heridos de arma de fuego en distintos episodios violentos de la ciudad. Hace menos de un mes, una balacera contra el frente de una vivienda hirió de gravedad a un nene de dos años, cuya madre no pudo protegerlo ni metiéndolo en un ropero.
Según informó ayer el Ministerio Público de la Acusación (MPA), el ataque que terminó con la vida de Lian, de 8 meses, ocurrió a las 18.30 del sábado en la esquina de Larralde y Rivarola, a la vuelta de la seccional 32ª. Allí detuvieron la marcha de una moto dos jóvenes y el que viajaba de acompañante descendió y le disparó a un muchacho de 28 años hiriéndolo de dos tiros en las piernas. Pero uno de los proyectiles ingresó en una vivienda lindera y le dio en la cabeza al bebé que se encontraba upa de su madre, de 18 años. La joven pidió ayuda a un vecino que la llevó al hospital de Niños Víctor J. Vilela donde no pudieron hacer nada. La herida de bala tenía orificio de entra y salida y el daño fue irreversible. Luego de pasar varias horas en la sala de Cuidados Intensivos Lian falleció a las 22. En tanto, el joven baleado en las piernas fue identificado como Ramiro R., de 28 años. El ataque es investigado por la fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Georgina Pairola quien ordenó las primeras medidas al personal del Comando Radioeléctrico. Los detectives informaron que en el lugar recolectaron vainas servidas calibre 9 milímetros.
Niños blanco de balas
Hace menos de un mes, 11 tiros atravesaron las paredes de madera y cartón de una vivienda de zona norte poco antes de la medianoche del domingo 9 de noviembre. Adentro, la mamá de un niño de dos años intentó junto a su pareja protegerlo de los plomos ocultándolo en el ropero. Pero las balas lo perforaron todo. Una entró por la pierna del pequeño y le salió por el abdomen. El niño pasó cuatro horas en un quirófano y quedó internado en estado reservado.
Los vecinos contaron que se escuchó el motor de una moto seguido de unos diez disparos que hicieron blanco en el frente de una casa de materiales precarios ubicada en Grandoli y calle 1338, en una zona periférica del extremo norte. Agregaron que los agresores eran dos arriba del mismo rodado y luego de disparar se perdieron en la oscuridad de la noche. Luego resonaron los gritos desesperados de la mamá del niño de dos años y su pareja, quienes salieron con el nene en brazos a pedir auxilio. Pero las ambulancias no entran en esos barrios, como las balas, así que debieron cruzar un puente con el niño alzado hasta que un vecino los subió a su auto y los llevó al Hospital de Niños de zona norte.
En tanto, una médica del Hospital de Niños Zona Norte dijo que el menor llegó a la guardia a las 23.10 del domingo y 50 minutos más tarde ingresó a quirófano, hasta las 4 de la madrugada. El ataque es investigado por el fiscal Adrián Spelta, de la Unidad de Homicidios Dolosos.
Ese mismo 9 de noviembre, más temprano, una nena de 8 años recibió un tiro en el tobillo cuando jugaba en la vereda de Forest al 7600. Eran alrededor de las 17 del domingo y según los investigadores se trató de “una bala perdida” producto de un intercambio de disparos en la zona. La nena debió ser trasladada al policlínico San Martín por vecinos y derivada al hospital de Niños Víctor J. Vilela, para ser atendida por un equipo de traumatología. La médica Viviana Esquivel detalló en esos momentos que el proyectil se había alojado “cerca del paquete vasculonervioso en el tobillo”.
Desde ese efector de salud los datos informados son alarmantes. Desde enero a noviembre de este año el hospital atendió 18 niños heridos de bala, siete de ellos de entre 10 y 14 años, dos de 1 año, cuatro de entre 2 y 4 años, cuatro de entre 5 y 9 años, uno de 15 años, y un bebé de menos de un año.
Mientras que el hospital de niños de zona norte atendió a 4 menores baleados en ese mismo período. “No estamos preparados para atender niños baleados”, dijo su directora Mónica Jurado tras referir que “es un número altísimo, nosotros estamos preparados para atender enfermedades”.
A mediados de septiembre, una balacera al mediodía en un pasillo de French al 2000 contra un joven de 23 años también hirió a un niño de 3 años en el antebrazo derecho. Los agresores también eran dos muchachos en moto y tras la ráfaga de disparos huyeron a toda velocidad.
Ese ataque se registró en medio de una escalada de violencia con enfrentamientos armados en diferentes barrios y a menos de un día del asesinato de Ticiana Esposito, una adolescente de 14 años que se encontraba lavando los platos dentro de su casa de Magallanes al 2700 cuando un balazo le impactó en su cabeza. La adolescente cursaba el secundario en la escuela Nuestra Señora de la Rocca en el barrio Villa Urquiza y era hija de un agente de la Policía que trabajaba en la localidad de Fighiera.
Entre otras balaceras resonantes que ocurrieron este año e hicieron blanco en niños está el caso de una nena de 4 años que el 14 de julio recibió un tiro en la cara durante una taque a tiros en barrio Ludueña. La nena fue asistida en el hospital de Niños Víctor J. Vilela al que llegó malherida desde Einstein al 6100, donde por razones que se desconocen la pequeña fue baleada por dos personas que pasaron en una moto en duro y abrieron fuego.
En esa oportunidad, la directora del Vilela Viviana Esquivel dijo que lograron salvarla. Recordó que la niña primero fue llevada hospital de Niños Zona Norte y luego derivada para ser evaluada por cirujanos maxilofaciales, ya que el proyectil le había quedado alojado en el pómulo izquierdo. “Hay que ver que no tenga compromiso en el ojo.
Por el tamaño del proyectil y la edad de la niña es complejo, hay que evaluar si se puede sacar ahora o no, pero por suerte la pequeña está bien”, sostuvo Ezquivel.
Otro trágico ataque que termino hirieron a un niño ocurrió a mediados de enero cuando dos motociclistas acribillaron el frente de una vivienda de barrio El Churrasco a las tres de la tarde, en la esquina de Ávalos y Larrechea. Dos plomos entraron a la casa y le perforaron la pierna a un niño de 6 años al que otro proyectil le rozó el rostro.
El niño que fue trasladado al hospital de Niños de Zona Norte donde informaron que las heridas no revestían gravedad. En ese mismo domicilio, un ataque similar perpetrado en 2018 le costó la vida a una nena de 5 años quien también jugaba dentro de su vivienda que fue acribillada.
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