
Una recorrida por la ciudad hoy sólo da cuenta de la desolación que se vivió en diferentes puntos el día después de la tragedia.
La inundación trágica que castigó a Bahía Blanca y dejó, al menos, 16 muertos y arruinó a cientos de familias en sus hogares y negocios.
La ciudad del sur bonaerense intenta retomar la normalidad tras el temporal que provocó la grave inundación. Con 1.450 evacuados, enfrenta una crisis que mantiene en alerta a las autoridades. A pocos días del desastre, el agua ha retrocedido en la mayor parte del casco urbano, pero en zonas donde persisten sectores anegados y la emergencia continúa.
Las lluvias torrenciales, que superaron los 350 milímetros en pocas horas, causaron estragos en la infraestructura de la ciudad. El riesgo sanitario también preocupa a los especialistas ya que los principales peligros cuando bajan las aguas son las enfermedades gastrointestinales e infecciones derivadas del contacto con aguas contaminadas.
Carlos Boer, titular de la UOCRA Bahía Blanca y actual interventor de la delegación San Lorenzo en diálogo con «Un día de Gloria» da cuenta de la situación actual en la ciudad
La UOCRA San Lorenzo está recibiendo en su sede de Moreno 758 alimentos no perecederos, artículos de limpieza personal, indumentaria y calzado en horario de 8 a 17 horas para enviar a la zona afectada.
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