Se comunica, María Eva, una de nuestras fieles oyentes que nos comenta las dificultades que le trajo el aislamiento sobre todo por su esposo que al ser una persona de riesgo debió permanecer en casa desde el comienzo de la cuarentena.
El encierro le provocó una profunda depresión, cambio de carácter que no puede superar. «No tiene ganas de hacer nada, tuvo muchos problemas para dormir porque lo que debió somerterse a diversos tratamientos» nos dice María Eva. «Yo soy más guerrera, asegura, y enfrento la situación más que nada porque puedo salir y descargarme con otras personas» Pero no deja de admitir lo difícil de todo ésto que nos ha provocado la pandemia.
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