Este pasado miércoles dictaron prisión preventiva por 60 días a un comerciante de Capitán Bermúdez imputado por encubrir a uno de los autores del criminal ataque a Brenda Giles, la joven sanlorencina de 32 años baleada en la cara durante el robo de su auto Renault Clío, ocurrido el último viernes en el barrio Capitán Bermúdez de San Lorenzo.
La Justicia de San Lorenzo imputó a Matías José V. de 24 años por encubrimiento agravado y tenencia de arma de fuego. Puntualmente, el fiscal Maximiliano Nicosia lo acusó de ayudar a escaparse a uno de los autores del brutal ataque armado contra Brenda
Según la investigación del fiscal Nicosia, el comerciante recibió ese mismo viernes un llamado telefónico del autor del ataque a la joven, desde el teléfono celular de un vecino de la localidad de Roldán, tras escaparse de una persecución policial y dejar el auto robado a la sanlorencina abandonado en un camino rural de Ybarlucea.
De acuerdo a la reconstrucción fiscal, uno de los asaltantes le contó telefónicamente a Matías V. que se había escapado de la Policía, que necesitaba ayuda y que fuera a buscarlo. A bordo de un Volkswagen Vento de color negro, que luego fue secuestrado en el allanamiento, Matías V. fue a buscar a uno de los delincuentes que asaltaron a Brenda. “Hay dos personas identificadas que están siendo buscadas”, aseguró Nicosia. Hoy, todavía están prófugas.
Encargado de una rotisería que funciona en Celedonio Escalada al 100 de Capitán Bermúdez, asegura la investigación que Matías V. devolvió el llamado preguntando dónde estaba precisamente su amigo para ir a buscarlo. Y hasta Roldán fue en el Volkswagen Vento acompañado por una mujer.
La defensa de Matías V., a cargo del abogado Franco Galasso, niega la participación del joven en el encubrimiento.
«Vamos a probar que Matías nunca llegó a Roldan» como señala el fiscal y por otra parte aclara que el arma que le encontraron en el allanamiento producido el sábado 5 posterior a la brutal agresión donde se le secuestró un revólver calibre 38 y municiones para los cuales no tenía la debida autorización legal, el letrado afirma que su defendido tenía el arma por temor ya que había sido agredido por una patota un tiempo atrás en un hecho ocurrido en una estación de servicio en Capitán Bermúdez donde, además, había perdido un ojo.
Escuchá la entrevista al Dr Franco Galasso en «Un día de Gloria»
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