2025 es un año marcado por el cambio de los planetas transpersonales que estrenan nuevo signo: Plutón, Neotuno y Urano pasan de energías introspectivas y receptivas a otras mucho más sociables y dinámicas.
A la vez, saturno y Júpiter también se mudan y en el caso de Júpiter le toca su año de exaltación en Cáncer, extremadamente beneficioso para el signo.
Gabriel Borla, astrólogo profesional, indica que «nos acercamos rápidamente al 2025, un año significativo si los hay según las mediciones astrológicas debido a que Júpiter volverá a transitar sobre su grupo de planetas en el signo de Cáncer y por su Mediocielo, indicador de logros y realizaciones.
«Aunque este tránsito, por el signo de Argentina, podría interpretarse tradicionalmente como una señal muy positiva, la experiencia histórica nos muestra por el contrario que ha coincidido con momentos de tensión y crisis agudas en el país» indica Borla que ha realizado un estudio histórico y de su análisi resulta que «las fechas clave que nos sirven como referencia para identificar patrones repetitivos incluyen mediados de 1966, 1978, 1990, 2002 y el segundo semestre de 2013, porque fueron en esos meses que tuvo lugar la misma configuración que se formará durante el próximo año.
» Sin excepciones los períodos que coinciden con las mismas características astrológicas que tendrá el 2025 resultaron ser difíciles, insatisfactorios y sufridos para el sistema democrático. Si el próximo no lo fuera, ojalá, sería una excepción. Esto nos invita a reflexionar sobre la indicación cíclica de estos tránsitos en nuestra historia colectiva, para que podamos aprender a no repetir los mismos errores, y en el caso de que estemos condenados a repetirlos al menos que seamos conscientes de eso y en qué consiste la repetición»
«Tendremos en cuenta que también el año próximo tiene lugar un tránsito prenatal de saturno oposición sol, que replica los climas sociales, políticos y económicos de 1966 y de fines de 1995 y de principios ´96»
«Actualmente Argentina atraviesa una situación de incertidumbre política, económica y social, caracterizada por una polarización creciente, crisis inflacionaria, altos niveles de deuda y descontento social generalizado. Estos desafíos resuenan con el clima que Saturno prenatal en oposición al Sol natal tuvo con la historia del país con el derrocamiento de Arturo Illia (1966) y con las tensiones del fin de la convertibilidad (fines 1995 y princ. de 1996): tensión entre el poder central y la ciudadanía, ajustes estructurales y necesidad de redefinir liderazgos» asegura
Y pronostica que «de cara a 2025 este tránsito podría indicar que se acentúen los desafíos actuales, exigiendo ajustes profundos en la estructura política y económica. Es probable que emerjan tensiones más fuertes entre las autoridades y los sectores populares, así como la necesidad de replantear el modelo de desarrollo y gobernabilidad. Sin embargo, como en ciclos anteriores, este tránsito y los de júpiter también pueden abrir una oportunidad para reestructurar y sentar nuevas bases a futuro, aunque el proceso pueda ser arduo y polarizante y recién a mediados de 2033 las condiciones astrológicas predicen mejoras reales»
Gabriel Borla en diálogo con «Un día de Gloria»
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