En Argentina se conoce como «baquet» a modelos de autos antiguos que fueron furor a principios del siglo XX y se adaptaban para competencias deportivas.
Uno de estos autos nafteros fue convertido y adaptado para motores eléctricos en un proceso llamado retrofit.
La tarea la encararon dos talleristas de Granadero Baigorria: Hernán Bradas y Martín Maurelli.
El prototipo que ensamblaron se llama «Conciencia» por su aporte al consumo de energías renovables. Martín, desde su taller Retro Carbono Garage comenta en «Un Día de Gloria» los pormenores de este auto eléctrico que combina la pasión por los autos antiguos con la idea de reducir la emisión de gases por la emisión de carbono presente en los hidrocarburos.
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