Ante el anuncio de una huelga nacional de la Federación de Aceiteros y la Unión de Recibidores de Granos y de movilizaciones y medidas de fuerza por parte del sindicato de aceiteros en San Lorenzo, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) expresó este lunes que las “demandas gremiales son incumplibles y no tienen forma de ser atendidas ya que el reclamo de un bono anual por trabajar en pandemia significa un aumento del 176%». Para las empresas, “no existe registro alguno de un pedido similar en ninguna actividad económica en la historia del país. Si la demanda fuese atendida, implicaría que la industria debería endeudarse en más de mil millones de pesos para pagar el estrafalario bono”.
Las medidas de fuerza de los gremios arrancan este martes primero de diciembre afectan a todos los puertos y plantas aceiteras en el país lo que pone en riesgo la producción para consumo interno así como la exportación clave del país (la harina de soja es el primer producto argentino de venta al exterior). «Pero los paros e interrupciones de actividad solo perjudican al sector en su conjunto, que reduce los ingresos para todos, y además le hace perder a la Argentina su participación en el mercado mundial», sostiene Ciara.
«Las negociaciones paritarias con la Federación de Aceiteros, el Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo y los Recibidores de Granos (URGARA) se encuentran estancadas ante las pretensiones desmesuradas y de cumplimiento imposible” que ponen en riesgo la única fuente de ingreso de divisas del país», asegura la entidad en un comunicado difundido este lunes.
Ciara propuso a los sindicatos ajustar los salarios por inflación vencida hasta agosto de 2021, mes a mes, lo que garantiza que ningún trabajador pierda poder adquisitivo, tal como lo establece la Constitución Nacional. Adicionalmente, CIARA propuso otorgar a todos los trabajadores un bono anual (para todos, sin diferenciar los que hayan realizado tareas durante la pandemia) y una parte variable adicional para aquellos que prestaron tareas efectivas.
Este año, y en un contexto de baja de precios, suba de costos y dificultades logísticas por la bajante del río Paraná, la industria otorgó a comienzos de la pandemia un incremento salarial del 25% para ser revisado una vez que la inflación medida por el INDEC superara ese porcentaje. Los sindicatos aceptaron ese criterio pero cuando se abrieron las revisiones pusieron sobre la mesa nuevas demandas, con datos de inflación irreales, y pedidos de bonos especiales extravagantes, superiores al 176%.
“La propuesta empresarial atiende plenamente la inflación estimada para el año y brinda garantías reales y constitucionales, para que ningún trabajador pierda poder adquisitivo. Por eso, hacemos un llamamiento a la comunidad aceitera a mantener sus actividades normalmente; la realidad nacional nos impone la necesidad de seguir trabajando día a día,” expresó Gustavo Idígoras, presidente de CIARA.
«El salario conformado mensual del empleado aceitero es actualmente superior a los 100 mil pesos para los recién ingresados, considerando los adicionales más usuales en el sector. La agroindustria exportadora siempre garantizará que no haya pérdida de salario en relación con la inflación para ningún trabajador del complejo agroexportador, dijo Idígoras, pero es inaceptable que algunos sindicalistas presionen por bonos impagables, absolutamente desconectados de la realidad nacional.”
“Se insta a los gremios aceiteros a aceptar la propuesta de CIARA que garantiza que ningún trabajador pierda derechos ni salario. Cerremos ahora las paritarias y permitamos a toda la comunidad aceitera tener asegurado sus salarios hasta agosto del 2021 sin sobresaltos,” expresó Idígoras.
Hoy iniciaron medidas de fuerza SOEA y, a partir de mañana, una huelga nacional organizada por URGARA y la Federación Aceitera. “Toda medida de fuerza contra los puertos es hoy una acción contra el país, dijo Idígoras. Pretendemos que ambos gremios vuelvan a la mesa de negociación, con un reclamo realista; no es el momento de hipotecar el futuro con demandas imposibles”.
La respuesta de los gremios
La decisión de la Federación Aceitera, que tiene injerencia en todas las aceiteras salvo las del norte del Gran Rosario (adonde están radicadas las más importantes), de ir a la huelga junto con los recibidores de granos (Urgara), que tienen personal en todos lo puertos, le da una alcance gremial nacional a las protestas que antes no tenía ya que el sindicato de San Lorenzo es menos propenso a las medidas de fuerza.
Al anunciar el paro, ambas entidades señalaron que “llevamos largos meses de infructuosas reuniones en las que las patronales de manera provocadora se limitan a dilatar cualquier posible acuerdo”. Incluso, resaltan que “este sector oligopólico de la economía que las controla y que puede aportarlas, hoy no liquida y en cambio especula aportando a la embestida devaluatoria contra el peso argentino y contra el gobierno nacional, de igual manera que buscan continuar presionando por nuevas medidas en beneficio de los intereses empresarios”.
Por su parte, desde el sindicato aceitero señalaron que el reclamo no es solo por el bautizado bono pandemia, sino que denuncian recortes a los derechos laborales y que las empresas piden menos camiones y paran la producción.
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