Díaz & Forti, corredora y exportadora perteneciente al grupo Olio, se había convertido en el principal soporte de la malograda aceitera Vicentin, al explotar mediante un contrato de fasón las plantas aceiteras que esa compañía posee en San Lorenzo y Ricardone. Con ese alquiler, Vicentín se aseguraba mantener sus plantas en actividad mientras transita su complejo concurso de acreedores, y sobre todo puede pagar los salarios de su personal.
Pero algo sucedió la semana pasada: el Ministerio de Agricultura suspendió la matrícula de Díaz & Forti por presuntas irregularidades en sus operaciones. Ningún operador del mercado de granos puede operar sin la correspondiente matrícula del RUCA (Registro Único de la Cadena Agroalimentaria). Y por lo tanto, las plantas aceiteras que pertenecían a Vicentín, y que funcionaban gracias a mercadería originada por el Grupo Olio, tuvieron que apagar sus calderas hasta que se esclarezcan las sospechas.
Fuentes de Agricultura argumentaron que son varias las irregularidades que deberían explicar los directivos de Díaz & Forti en relación a lo sucedido. Desde la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA) especialmente se investigó algunas operaciones del grupo Olio con las empresas Renova (propiedad de una sociedad entre Vicentin y Glencore) y la cerealera de capitales chinos Cofco, de las cuales el grupo Olio también sería proveedor de soja. Se sospecha que parte de esa mercadería ingresada a dichas plantas nunca se industrializó.
El mismo viernes, conocida la sanción, desde Díaz & Forti prepararon un descargo con la información que aclararía algunas de las dudas. Las otras empresas involucradas harían lo propio en los próximos días. De todos modos, desde Agricultura las fuentes dijeron que las explicaciones no han sido suficientes. Y adelantaron que abrirán una nueva instancia de requisitoria.
En el anticipo de esta sanción a Díaz & Forti, el portal Rosario 3 reveló que la suspensión de su matrícula del RUCA por estas supuestas irregularidades sorprendió a la empresa del Grupo Olio en un pico de actividad, ya que “tenían previsto recibir 1.500 camiones” este fin de semana largo. Según ese medio, en la firma aseguraron que “la sanción les llegó por un error administrativo de mayo por operaciones con Cofco y Renova”.
En esa breve crónica, también se insinuó que había una mano negra interesada detrás del operativo del gobierno, ya que “el crecimiento que está teniendo el grupo genera recelos de los grandes exportadores, más aún cuando desde la empresa no ocultaron que están sobrevolando la posibilidad de ir por los activos de Vicentin”.
En rigor, tras haber firmado una extensión del contrato de fasón para operar en las plantas del grupo fundado hace 90 años en Reconquista, y que en diciembre de 2019 ingresó en default con una deuda superior a 1.400 millones de dólares, los voceros del Grupo Olio hicieron saber que estaban a la búsqueda de un socio, para ver si podían hacer una oferta ventajosa en el marco del concurso de acreedores de Vicentin.
El portal especializado en noticias de agro Bichos de Campo consultó al menos dos fuentes oficiales para saber si en serio esta suspensión podía subsanarse rápidamente y la respuesta fue bastante drástica: habría cerca de 75 mil toneladas de soja originadas por Díaz & Forti que ingresaron a las plantas de Renova y de Cofco y luego no habrían salido de allí como producto procesado, por lo que se requirió una justificación de esos movimientos.
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